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ELECCIONES SEPARADAS: UNA EXIGENCIA DE LA DIGNIDAD DE ANDALUCÍA
La oposición, populares y andalucistas, van a exigir a Chaves elecciones separadas. No se recuerda que unas elecciones catalanas o vascas hayan sido acompañadas de otros procesos electorales. Cuando hay elecciones en Cataluña o en el País Vasco, todo el país está pendiente de sus resultados porque son decisivos para el futuro del conjunto de España y el debate de sus problemas y circunstancias se extiende a todos los rincones del país. No ocurre así en Andalucía donde, sistemáticamente, las elecciones andaluzas siempre van de "teloneras" de las elecciones generales.
¿Cuál es la razón de que el PSOE, de forma sistemática, haya apostado siempre por la celebración de elecciones conjuntas nacionales y andaluzas? Porque, naturalmente, ganan votos con ese planteamiento. Lo que más teme el Partido Socialista en Andalucía es una abstención masiva de sus votantes, abstención que combaten unfiicando los procesos electorales nacional y autonómico. Cuando se trata de gobernar en España, sus militantes responden con mayor afluencia a las urnas que cuando se trata de volver a votar por el hastío que les produce la oligaraquía socialista que domina Andalucía desde hace una generación. Con ello, el PSOE vuelve a demostrar su escaso talante institucional y democrático, y su nulo sentido de todo andalucismo que se precie. Institucionalmente, las elecciones son una pieza clave de la democracia y su convocatoria no debería ser motivo de intrigas partidistas. Democráticamente, las elecciones nacionales deberían ir siempre separadas de cualquier otra porque es preciso que sus temas generales se afronten sin confusión ni mezclas varias. Desde una perspectiva andalucista, es imperioso reconocer que unas elecciones andaluzas separadas permiten que los problemas, necesidades y aspiraciones de la quinta parte de España, que eso es Andalucía, tengan la relevancia adecuada. Igualmente, permiten que los temas andaluces se debatan directa y profundamente: la gestión de los recursos, las políticas, la situación de Andalucía en el ránking del desarrollo económico, social y cultural. Nada de esto conviene a un PSOE que mantiene e Andalucía en la cola del bienestar de España y Europa desde hace 25 años.Nosotros creemos que hay que alcanzar el consenso de que, gobierne quien gobierne, la ley debe obligar a que las elecciones andaluzas sean siempre separadas de cualquier otra. Medidas como esa dignificarán el papel de Andalucía en España y la ciudadanía andaluza se atendrá a reglas de juego fijas y dejará de someterse al capricho del PSOE, capricho al que estamos sometidos desde hace una generación.
Con ello, el PSOE vuelve a demostrar su escaso talante institucional y democrático, y su nulo sentido de todo andalucismo que se precie. Institucionalmente, las elecciones son una pieza clave de la democracia y su convocatoria no debería ser motivo de intrigas partidistas. Democráticamente, las elecciones nacionales deberían ir siempre separadas de cualquier otra porque es preciso que sus temas generales se afronten sin confusión ni mezclas varias. Desde una perspectiva andalucista, es imperioso reconocer que unas elecciones andaluzas separadas permiten que los problemas, necesidades y aspiraciones de la quinta parte de España, que eso es Andalucía, tengan la relevancia adecuada. Igualmente, permiten que los temas andaluces se debatan directa y profundamente: la gestión de los recursos, las políticas, la situación de Andalucía en el ránking del desarrollo económico, social y cultural. Nada de esto conviene a un PSOE que mantiene e Andalucía en la cola del bienestar de España y Europa desde hace 25 años.Nosotros creemos que hay que alcanzar el consenso de que, gobierne quien gobierne, la ley debe obligar a que las elecciones andaluzas sean siempre separadas de cualquier otra. Medidas como esa dignificarán el papel de Andalucía en España y la ciudadanía andaluza se atendrá a reglas de juego fijas y dejará de someterse al capricho del PSOE, capricho al que estamos sometidos desde hace una generación.
La oposición, populares y andalucistas, van a exigir a Chaves elecciones separadas. No se recuerda que unas elecciones catalanas o vascas hayan sido acompañadas de otros procesos electorales. Cuando hay elecciones en Cataluña o en el País Vasco, todo el país está pendiente de sus resultados porque son decisivos para el futuro del conjunto de España y el debate de sus problemas y circunstancias se extiende a todos los rincones del país. No ocurre así en Andalucía donde, sistemáticamente, las elecciones andaluzas siempre van de "teloneras" de las elecciones generales.
¿Cuál es la razón de que el PSOE, de forma sistemática, haya apostado siempre por la celebración de elecciones conjuntas nacionales y andaluzas? Porque, naturalmente, ganan votos con ese planteamiento. Lo que más teme el Partido Socialista en Andalucía es una abstención masiva de sus votantes, abstención que combaten unfiicando los procesos electorales nacional y autonómico. Cuando se trata de gobernar en España, sus militantes responden con mayor afluencia a las urnas que cuando se trata de volver a votar por el hastío que les produce la oligaraquía socialista que domina Andalucía desde hace una generación. Con ello, el PSOE vuelve a demostrar su escaso talante institucional y democrático, y su nulo sentido de todo andalucismo que se precie. Institucionalmente, las elecciones son una pieza clave de la democracia y su convocatoria no debería ser motivo de intrigas partidistas. Democráticamente, las elecciones nacionales deberían ir siempre separadas de cualquier otra porque es preciso que sus temas generales se afronten sin confusión ni mezclas varias. Desde una perspectiva andalucista, es imperioso reconocer que unas elecciones andaluzas separadas permiten que los problemas, necesidades y aspiraciones de la quinta parte de España, que eso es Andalucía, tengan la relevancia adecuada. Igualmente, permiten que los temas andaluces se debatan directa y profundamente: la gestión de los recursos, las políticas, la situación de Andalucía en el ránking del desarrollo económico, social y cultural. Nada de esto conviene a un PSOE que mantiene e Andalucía en la cola del bienestar de España y Europa desde hace 25 años.Nosotros creemos que hay que alcanzar el consenso de que, gobierne quien gobierne, la ley debe obligar a que las elecciones andaluzas sean siempre separadas de cualquier otra. Medidas como esa dignificarán el papel de Andalucía en España y la ciudadanía andaluza se atendrá a reglas de juego fijas y dejará de someterse al capricho del PSOE, capricho al que estamos sometidos desde hace una generación.
Con ello, el PSOE vuelve a demostrar su escaso talante institucional y democrático, y su nulo sentido de todo andalucismo que se precie. Institucionalmente, las elecciones son una pieza clave de la democracia y su convocatoria no debería ser motivo de intrigas partidistas. Democráticamente, las elecciones nacionales deberían ir siempre separadas de cualquier otra porque es preciso que sus temas generales se afronten sin confusión ni mezclas varias. Desde una perspectiva andalucista, es imperioso reconocer que unas elecciones andaluzas separadas permiten que los problemas, necesidades y aspiraciones de la quinta parte de España, que eso es Andalucía, tengan la relevancia adecuada. Igualmente, permiten que los temas andaluces se debatan directa y profundamente: la gestión de los recursos, las políticas, la situación de Andalucía en el ránking del desarrollo económico, social y cultural. Nada de esto conviene a un PSOE que mantiene e Andalucía en la cola del bienestar de España y Europa desde hace 25 años.Nosotros creemos que hay que alcanzar el consenso de que, gobierne quien gobierne, la ley debe obligar a que las elecciones andaluzas sean siempre separadas de cualquier otra. Medidas como esa dignificarán el papel de Andalucía en España y la ciudadanía andaluza se atendrá a reglas de juego fijas y dejará de someterse al capricho del PSOE, capricho al que estamos sometidos desde hace una generación.
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